EL FERMENTO DEL ESPÍRITU
COMPARTIENDO DIÁLOGOS
CONMIGO MISMO
EL FERMENTO DEL ESPÍRITU
(No
hay mayor gozo que sentirse poesía para estar en guardia consigo
mismo;
y poder sumarse, en el
preciso momento, a ese cuerpo místico de glorias y alabanzas)
I.- EL ALMA UNIDA A DIOS
Yo soy para los días el camino
del aire sobre la vida,
una vida que nos estimula a
unirnos y a reunirnos,
a surcar la pasión por lo que
soy, un hálito divino,
que requiere adherirse a los
níveos deseos del amar,
donde cada cual es para el otro
como para sí mismo.
Carece de espíritu armónico
el que se resiste a Dios,
aquel que no se reclina ante la
mística del universo,
aquellos que se apartan del
reinado celeste de la cruz,
pues tomada la gloria del
Salvador como horizonte,
esta paz que el mundo no puede
dar, la dona Jesús.
Sobre el poder de Cristo Rey,
el camino del alma,
reino de poesía y de servicio,
de santidad y gracia,
de hondura para hallarse hasta
morirse laborioso,
porque uno ha de hacer el
esfuerzo de quererse,
si en verdad quiere restaurar
el verso que ha de ser.
Bajo estos sentimientos
embellecedores de bondad,
nada se resiste, nos asiste la
voz de la poesía,
la materia espiritual más
justa del ser, la conciencia
penetrada con su virtud y
empapada de cuerpo vivo,
por el que no hay fin, sino
comienzo de verbo.
Tómese el verbo su dicción de
caminante, póngase
a repartir abrazos, y a partir
silencios entre latidos,
pues todo lo que se conmueve,
alienta y alimenta,
da unidad de inspiración y
comunión de vínculos,
que nos hacen más familia,
más hermanos, más sol.
II.-
AMOR DE DIOS AL HOMBRE
El planeta llora entre la
bruma. El hombre contradice a la naturaleza.
Lo antinatural es obra de la
maldad. ¡La
maldad se circunscribe al negro!
El llanto por la vida es tan
amargo como un ojo entristecido en el arco iris de la existencia.
¡La
existencia se inscribe a un nuevo amanecer!
Sociedad que no sabe pensar, no
puede ver, ni puede vivir y mucho menos amar.
Es cosa del hombre pensar sobre
sí. ¡El
pensamiento y la naturaleza escriben!
Escribir es la manera más
profunda de estudiar los signos del mundo.
Un mundo que ha sido creado
para ser vivido.
¡Si
lo interpretamos mal, acabaremos peor!
La verdad es lo único que nos
hace libres. Una humanidad sin voz se muere de soledad.
Una humanidad sin ojos se muere
de pena. ¡Necesitamos
brazos que abracen más al hombre!
Sí se abraza al hombre también
se abraza a Dios, y cuando a Dios se abraza la naturaleza sonríe.
La risa no es más que la
gloria que vierte el Creador.
¡Ríete
de tus cadenas, sollózate de tus cruces!
Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
30 de noviembre de 2019